Mi seudónimo
Gala Lúlop (novela de intriga)
El viaje de nuestros sueños: Arizona. Bruno y yo nos conocimos en la universidad, cursando tercero de matemáticas. Él era un chico callado, muy atento a las clases. Yo, en cambio, no sabía qué era el silencio. Fuimos polos opuestos atraídos con tanta fuerza que nos convertimos en uno. Juntos lo hacíamos todo; eso sí, sin dejar de lado a nuestros amigos.
Las vacaciones de verano eran nuestras favoritas. Bruno me aficionó al deporte y no parábamos de un lado a otro en todo el día: escalamos, salimos a correr, montamos a caballo, cazamos mariposas, nos tiramos en paracaídas. Llegábamos tan cansados a casa que no teníamos ni
tiempo de ver la tele. Sin embargo, esa noche sonó el teléfono. No llegué a tiempo. Llamé. No respondió nadie, ni siquiera Bruno.
No he entendido muy bien el final: ¿llamó al número que había quedado registrado?, ¿llamó luego a Bruno, por teléfono?, ¿no estaba con él?
ResponderEliminarTe comento una curiosidad, que refleja el cambio de mentalidad “para bien” que se puede dar incluso en aquellos que ya tenemos cierta edad: Cuando he leído tu reseña he pensado en qué actores podrían interpretar los papeles en el cine (tonterías que se me ocurren) y para el papel protagonista me han venido a la cabeza tanto chicos como chicas. He vuelto a leer tu reseña por si se me había pasado algo; pero no, en ningún momento aclaras si ese “yo” es chico o chica. Hace años ni se me habría pasado por la cabeza pensar en un chico y hoy lo he visto como algo natural. Sin más.